domingo, 12 de enero de 2014

El coaching y el guepardo


Por  María Pilar García Arroyo y David Álvaro Ortega


Iniciamos con este post nuestra andadura en la red. Somos Real Project Coaching, una empresa nacida en Ciudad Real (España) con el propósito de acercar a los habitantes de nuestro ámbito los beneficios de esta poderosa herramienta, llamada coaching.

En este blog, nuestra idea es acercar el pensamiento y la experiencia que a lo largo de nuestra trayectoria profesional vayan surgiendo. No hemos inventado el coaching, pero sí nos hemos reinventado a nosotros mismos, buscando la manera de superar nuestros miedos y barreras para salir a la calle, en nuestra ciudad, con el firme convencimiento de que la vida de nuestros vecinos puede mejorarse. Por tanto, nuestros artículos y posts estarán basados en nuestra visión del coaching y de la vida, visión que está marcada por nuestras experiencias vitales y por el contexto específico en el que nos movemos.

Hemos elegido un guepardo como símbolo que nos representa porque, además de poseer una incuestionable belleza, entendemos que la historia del guepardo está cargada de supervivencia y superación:

El guepardo, en comparación con los grandes félidos como leones o tigres, es un animal de complexión mediana, lo que le convierte en potencial víctima de éstos y le impide la lucha de igual a igual cuando le roban sus piezas. 

 Ello hizo que no le quedara más remedio que explorar su potencial y buscar entre sus recursos aquellas herramientas que permitieran su supervivencia. 

Y lo consiguió transformándose en el animal terrestre más rápido del mundo. Su velocidad máxima oscila entre los 95-115 km/h. con una aceleración que muchos de nuestros coches desearían: alcanza los 95km/h. en sólo tres segundos.
Así, acabó transformando lo que en principio parecía un factor limitante, su pequeño tamaño, en su principal capacidad.

Pero no paró ahí su estrategia: además decidió utilizar su piel, que le permite el camuflaje, y sus particulares manchas en los ojos, que impiden el deslumbramiento del sol, para cazar a unas horas en las que no tiene competidores. El guepardo caza cuando los leones duermen, a las horas de máximo calor, en el mediodía, cuando además, sus presas se cansan antes por las altas temperaturas.

Consciente de sus potenciales y límites, planifica su caza como un gran estratega: sabe escoger sus presas y esperar el momento adecuado. No desperdicia energía. En lugar de correr de forma desatinada tras las piezas, empieza a correr en el momento justo, de una forma veloz y precisa. Si en un minuto no ha alcanzado a su presa, desiste en la carrera para no desgastarse. Su efectividad se ha calculado en un 60% frente al poco más del 25% que consigue el león. 

En el camino hacia la superación, el guepardo tuvo que dejar atrás algunas características que, aunque en principio habían servido a un propósito, en su nueva etapa de gran corredor eran un obstáculo. Así, es el único felino que no posee garras retráctiles, pues éstas le impedirían el correcto agarre al suelo. 
 
En definitiva, todo su cuerpo está diseñado para su gran objetivo: ser único, tener su propio lugar en la Tierra.

Sin duda el guepardo es el símbolo de la superación para conseguir aferrarse a la vida. Es un referente de las posibilidades mejoradas, de la concentración de la energía, de la estrategia bien planificada y del autocontrol[1].



[1] Queremos dar las gracias a David Morillo Semanate (http://www.behance.net/Semanate), diseñador del imagotipo, por su sugerente aportación sobre la relación del coaching y el guepardo.

2 comentarios:

  1. Interesante metáfora. Muy clarificadora de vuestra visión del coaching. Os deseo mucha suerte en esta aventura.

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  2. Muchas gracias a tí por tu comentario y tu apoyo.

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